Nápoles (…) Las fantásticas descripciones de numerosos viajeros han coloreado la ciudad. En realidad es gris: un rojo gris o ocre, un blanco grisáceo. Es absolutamente gris en comparación con el cielo y el mar. Lo que contribuye no poco a quitarle el placer al visitante. Porque para aquellos que no comprenden las formas, hay…